Llegó la hora de recoger los bártulos, plegar pancartas y banderas,recoger rápido para irse de vinos por El Franco y cercanías, o a tomar el pulpo desperdigadamente por Santiago. No se tuvo en cuenta nuestro llamamiento a una comida campestre de confraternización, para conocernos todos y hablar de nuestros problemas.
Al cuarto de hora de acabar, solamente estabamos varios grupitos en la plaza. La multitud habia desaparecido. Una ocasión perdida para dedondear faena.
Un gol que nos metió la Dirección?. Hombre, tanto tanto no!,
... pero la oportunidad que hemos tenido para empezar un díálogo con unas empanadas delante, no se llevó a cabo.
De nuevo pecamos de timidez y de no tener llegado al fondo de la cuestión.
Esperemos que todos aprendamos de estos errores para tenerlos en cuenta la próxima vez.
Y es que somos un colectivo vivo, compuesto de personas que viven, rien y lloran; gritan y se hacen valer cuando es necesario, como hoy!! ; no de unas meras máquinas pasivas y gregarias a las ordenes de unos barones sindicales!!
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