La crisis del 2007 se inicia cuando los
estados promueven y facilitan la construcción masiva propiciandose esta vez una
burbuja inmobiliaria. El tocho se convierte en este caso en el valor seguro que
proporciona amplios y rápidos beneficios, se conceden créditos de dudosa
solvencia y se originan las llamadas hipotecas subprime que circulan de banco
en banco contabilizandose como dinero activo cuando en realidad se trata de un
claro activo tóxico, como toda buena
burbuja estalla, los bancos no pueden recuperar el dinero prestado sobre
todo a grandes constructores, intentan recapitalizarse en principio con
productos financieros de la talla de las preferentes como en España aunque en
su mayoria necesitan ser rescatados por los estados a traves de préstamos que
pagamos entre tod@s, por que si algo ha quedado claro es que al sector bancario
no se le puede dejar caer, es demasiado poderoso y de hecho tras la crisis se
ha fortalecido aún más. Como hace 80 años las consecuencias son practicamente
calcadas, paro, recesión, miseria, vidas truncadas, pero a diferencia de
aquellos tiempos las posibilidades de maniobra de los paises son menores
atendiendo a la globalización de la economia que produce además un efecto contagio más brutal .
Las recetas para salir de la depresión en
el año 29 fueron las liberales como ocurre en estos momentos, pero ¿fracasan? y
cuando el nivel de agotamiento de la población, llega al límite se implanta el
keynesianismo en EEUU y Europa que se basa en la intervención del Estado para
recuperar la economia activandose políticas de mayor inversión pública que
generaron crecimiento y empleo, según nos explican los progresistas de turno.
Pero la triste realidad es otra, la economia no se recupera hasta el inicio de
la II Guerra Mundial, situandose la industria armamentistica como el motor de
la recuperación real.
Es decir el capitalismo se sustenta en la
destrucción, de hecho siempre ha sido así, muchos tienen que sufrir para que
unos pocos obtengan réditos. La crisis es la excusa para sobrexplotar los recursos
ya sean naturales o humanos, no importa que o a quienes se lleve por delante, el capitalismo como la materia ni se crea ni
se destruye solo se transforma, la historia da buena cuenta de ello y recurre a
diferentes estrategias para perpetuarse que además suelen ser cíclicas. Es
evidente cuales son sus objetivos, lo importante es que delimitemos ¿cuáles son
los nuestros?, CGT los tiene claros, solo falta que los compartamos y pongamos
en marcha una respuesta adecuada al ataque constante que venimos pedeciendo,
porque todo lo que pasa a nuestro alrededor nos afecta o nos afectara, es una
irresponsabilidad no querer verlo, nuestro futuro dependerá de nuestra
capacidad de respuesta.
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