En el último pleno del Congreso de los Diputados, el PSOE y CiU aprobaron una suerte de ley Postal. ¿Dirían que trataba de envíos y franquicias? Sólo en parte. Porque allí camuflado estaba el aguinaldo para las autopistas de peaje.
Durante los próximos tres años, con cargo al servicio postal, se resarcirá de las pérdidas a las concesionarias, que es como decir los bancos.
Ya tenía razón el republicano Joan Tardà, cuando rechazó la inmoralidad en las enmiendas presentadas en el Senado, donde ya se ve que también facturan paquetes.
La socialdemocracia del talante advierte de que no hay para pensiones, ni para dependencia, ni para permisos de paternidad o maternidad, pero para privatizar, llenar el zurrón de las grandes corporaciones y que Florentino Pérez pase por caja... ahí no hay límite. ¿Y a quién dicen que van a pedir el voto?
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